Existen numerosas falsas creencias en torno a su origen, prevención y curación.
Estar más informados no significa, necesariamente, mejor informados. Es necesario distinguir los datos falsos de las evidencias científicas, especialmente cuando hablamos de salud. Con respecto al cáncer, existen numerosos mitos en torno a su origen, prevención y curación. Ante esto, recientemente la Asociación Española contra el Cáncer ha preparado una lista en la que se desglosan esas falsas creencias:
¿El cáncer es contagioso? No, nunca. El cáncer no es una enfermedad infecciosa. Por lo tanto, no se puede contagiar de una persona a otra. Sin embargo, cuando se padecen determinadas enfermedades infecciosas como el sida o la hepatitis (provocadas por un virus), existe un mayor riesgo de padecer algunos cánceres. En esos casos, se trasmiten el sida o la hepatitis y el cáncer acaba siendo una posible evolución de estas enfermedades.
¿El cáncer es hereditario? Es poco probable. Solo en algunos casos existe una cierta predisposición para padecer determinados tipos de cáncer, aunque estos casos suponen un 5% o un 10% del total de cánceres; el 90% restante son esporádicos; es decir, no se transmiten por herencia. Entre los principales cánceres con componente hereditario se cuentan el de mama y el colorrectal. Las personas con antecedentes familiares de enfermedades como poliposis adenomatosa familiar (PAF por sus siglas en inglés) u otras alteraciones, como el cáncer de colon hereditario no asociado, pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer colorrectal.
¿El cáncer siempre duele? Posiblemente no. El cáncer no tiene por qué doler. La aparición de dolor depende de la zona en que se localiza el tumor. En cualquier caso, existe una gran cantidad de opciones de tratamiento contra el dolor.
¿El estrés y los problemas emocionales causan cáncer? Falso. Los estudios científicos realizados hasta la fecha no han demostrado que exista una conexión directa entre el estrés y el cáncer. El pronóstico del cáncer depende de una serie de factores como la localización, la extensión y la velocidad del crecimiento. Lo que sí es cierto es que un estado anímico óptimo ayuda a afrontar mejor la enfermedad y sus tratamientos desde el punto de vista psicológico.
¿La quimioterapia mata lo bueno y lo malo? Falso. La quimioterapia se encarga de destruir las células que tienen un crecimiento anormal o muy rápido (que son las malignas). Pero en nuestro organismo tenemos células que se reproducen a un ritmo muy rápido y que no son cancerosas -por ejemplo, las de la sangre- que también se ven afectadas. Además, la quimioterapia puede tener efectos secundarios que en ocasiones producen limitaciones y que nos provocan malestar.
Fuente: lagaceta.com.ar